jueves, 25 de febrero de 2016

De la economía de mi vieja a la economía de los comerciantes



Aquí en mi natal Carirubana, en casa de mis padres, visitando, trayendo a mis carajitos al seno de mi terruño, como en la mayoría de los fines de semana, desde hace algunos años para acá. Mi vieja como siempre, mostrándome en la practica, una "economía" distinta, para la vida, solidaria, que satisface necesidades, generando bienes útiles, de consumo, para el uso, multiplicando los panes para dar de comer a toda cuanta humanidad estuviese cerca y si alcanzare, también a los que no. Ahora bien, no puedo dejar de pensar cuando llegue a mi "urbanización", y me vea obligado, como todo ser vivo, en la necesidad de ir a "comprar" pan, para la cena o para los desayunos, y encontrarme con el comerciante, bodeguero, o cualquier otro sujeto de la capa comercial, con una visión, una concepción económica distinta, egoísta, con una lógica diferente a la de mi vieja, que tiene al pan, solo para intercambiarlo por dinero, que busca el aumento de su tasa de ganancia, inhumana y que le importaría poco o nada, si se lo comprara o no, porque de seguro, vendría otro desesperado, con necesidades superiores, y aun, con dinero en el bolsillo y se lo compraría sin chistar.

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