Aquí en mi natal Carirubana, en casa de mis padres, visitando, trayendo
a mis carajitos al seno de mi terruño, como en la mayoría de los fines
de semana, desde hace algunos años para acá. Mi vieja como siempre,
mostrándome en la practica, una "economía" distinta, para la vida,
solidaria, que satisface necesidades, generando bienes útiles, de
consumo, para el uso, multiplicando los panes para dar de comer a toda
cuanta humanidad estuviese cerca y si
alcanzare, también a los que no. Ahora bien, no puedo dejar de pensar
cuando llegue a mi "urbanización", y me vea obligado, como todo ser
vivo, en la necesidad de ir a "comprar" pan, para la cena o para los
desayunos, y encontrarme con el comerciante, bodeguero, o cualquier otro
sujeto de la capa comercial, con una visión, una concepción económica
distinta, egoísta, con una lógica diferente a la de mi vieja, que tiene
al pan, solo para intercambiarlo por dinero, que busca el aumento de su
tasa de ganancia, inhumana y que le importaría poco o nada, si se lo
comprara o no, porque de seguro, vendría otro desesperado, con
necesidades superiores, y aun, con dinero en el bolsillo y se lo
compraría sin chistar.
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